Hoy se abre un nuevo proceso en España, el proceso de la regeneración de la jefatura de Estado. Hoy el Rey Juan Carlos I ha abdicado en favor de su hijo Felipe, que reinará como Felipe VI en esta nueva etapa política.
Hacer balance de la figura del Juan Carlos I como Jefe de Estado en la historia reciente de España no es fácil, pero en él hay que reconocer su talla como hombre pacificador y reconciliador en un momento de la historia donde las ideologías y ambiciones de todos tenían que converger en un mismo lugar, conseguir que España fuera un Estado democrático y donde se hacia imprescindible, a nivel internacional, cambiar la imagen del país después de 40 años de dictadura. Sin lugar a dudas fue el mejor embajador posible, siendo su labor incuestionable.
Felipe, como en su momento lo hizo su padre, tendrá que reconducir y estabilizar la situación política, le toca modernizar y cambiar la visión que los españoles tienen de la Casa Real. Le queda por delante un duro, complicado y difícil camino. Los españoles hoy tenemos el mejor sucesor de la Corona, un hombre joven, preparado y comprometido con su tiempo. Pero Felipe VI, no lo tendrá fácil, se enfrenta al pulso más complicado de los últimos 40 años y es el pulso al que están retando los separatistas al Estado de derecho y a todos los ciudadanos españoles, el de la ruptura de España.
Independientemente de que los españoles queramos o nos sintamos republicanos o monárquicos, hoy es un momento de cambio y también de oportunidad. Este joven hombre tiene mucho por decir y más por hacer, lo primero será trabajar para preservar la unidad de España y lo segundo, si quiere que la institución perdure, deberá dar un impulso modernizador a la Casa Real, haciéndola más cercana, austera y sobre todo más transparente a los ciudadanos.
Francesca Benito
Delegada Territorial de C's del Baix Llobregat