En la hostelería, la comunicación avanza a un ritmo que no hubiéramos imaginado hace tan sólo unos pocos años. Del mismo modo que las redes sociales sirven para reservar mesa en un restaurante, hoy también es posible que el comensal haga su pedido a través de su propio smartphone. Hay un nuevo camarero en el Baix Llobregat, se llama Cloud Waiter y habita en tu teléfono móvil.
Cloud Waiter, nueva aplicación para iPhone y Android que gestiona y agiliza los pedidos de los clientes en los restaurantes, ha sido desarrollada por un grupo de emprendedores treintañeros de Cornellà de Llobregat, integrados ahora en la sociedad J2A2 Solutions ], con sede en el laboratorio ciudadano Citilab. Así, las nuevas tecnologías ya están en el plato. El comensal tiene la posibilidad de pedir cómo quiere su comida, personalizando el pedido. Mientras, los camareros se encargan de servir los platos, recoger las mesas, resolver dudas y cobrar.
La aplicación Cloud Waiter, que permite ordenar bebidas y platos, lleva instalada cerca de seis meses, en pruebas, en el bar de tapas Los Arcos (Avinguda del Parc, 55-57, Cornellà). “Somos el único establecimiento del mundo en que es posible hacer el pedido desde el teléfono móvil del cliente”, señala a este medio el gerente del establecimiento, David Dávila. “Existen locales en el extranjero con multitud de tablets para las mesas, pero eso supone una inversión muy elevada; Cloud Waiter, no”.
Con esta nueva aplicación para telefonía móvil, los usuarios “podrán disfrutar de la estancia con la flexibilidad de poder hacer sus pedidos en cualquier momento, especificando los productos elegidos y añadiendo los complementos que deseen”, explica David. “Cuando sea necesario, el cliente se puede poner en contacto con el personal del restaurante e incluso pedir la cuenta. ¿Cuántas veces has tenido que esperar a ser atendido en un restaurante? ¿Cuántas veces has querido hacer un pedido y has renunciado por el tiempo que tardaban en atenderte? ¿Cuántas veces has estado más pendiente de ser atendido en un restaurante que disfrutando del momento? ¿Cuántas veces has sentido que de repente los camareros han desaparecido cuando has querido pedir la cuenta para marcharte?”.
El sistema permite visualizar la carta on line, con fotos y la descripción de los platos. Además ofrece las sugerencias del chef y las ofertas del restaurante. “Caña y montadito, por dos euros”, indica la pantalla del dispositivo móvil. También hay la opción de cambiar el idioma (inglés, francés, alemán, italiano, portugués, etc).
Para acceder a la carta, basta con descargar la aplicación y escanear el código QR asignado a cada mesa del local. Una vez la pantalla del teléfono avisa de que “el pedido ha sido emitido con éxito”, la comanda aparece en la impresora del establecimiento. En unos minutos, sin que camarero y cliente hayan intercambiado más que el saludo, la cena llega a la mesa.
Más de 700 personas han descargado la aplicación en el bar Los Arcos. En concreto, llevan registradas 550 desde Android y 217 desde iPhone. La experiencia es satisfactoria: “Cloud Waiter está muy aceptado entre clientes habituales. Lo usan aunque el restaurante no esté muy concurrido porque, para ellos, es una manera de jugar, a la vez que nos descargan de trabajo: podemos dedicarnos a organizar, sin la necesidad de coger tantas comandas, ganando en agilidad”, explica Carlos desde detrás de la barra.
En Los Arcos, un negocio familiar que David y su hermano Carlos han revitalizado después de que estuviera regentado 16 años por sus tíos, el nuevo sistema goza de una gran aceptación entre el público: “Llegan muchos nuevos clientes movidos por la novedad. Vienen a hacer el pedido con el móvil del que han oído hablar a sus amigos; lo realizan y, en algunos casos, se emocionan con la magia de la tecnología”, explican.
¿Cómo surgió la idea de Cloud Waiter? Fue mientras Jaume y Alberto, dos clientes de Los Arcos con amplia experiencia profesional en I+D y software, estaban viendo un partido de fútbol, uno de esos llamados partidos del siglo, en este establecimiento. Con el bar lleno, pedir una caña, unos huevos indignados o un montadito de camembert crujiente les suponía un sobreesfuerzo. Uno de ellos estuvo a punto de perderse un gol de su equipo mientras buscaba insistentemente con la mirada al personal del local. “Estoy cansado de perseguir camareros”, se dijo el joven innovador. Con la victoria ya asegurada para su equipo, el cliente acabó de esbozar la idea que le rondaba: ordenar bebidas y tapas a través del teléfono móvil.
Algo más de un año después, la aplicación es una realidad. Las pruebas piloto se realizaron en el propio local Los Arcos, indispensable en todo el proceso. Alrededor de la idea, de Alberto y Jaume, directores generales de la sociedad J2A2 Solutions, era necesaria la incorporación de un programador (Ángel), un diseñador gráfico (Juan), un experto en sistemas y servidores (Jordi), una responsable de la administración (Marta), otro para el área comercial (David P.), un asesor para el plan de empresa y los temas legales (el abogado Carlos Escobedo) y el gerente de un restaurante donde testear Cloud Waiter.
Ahí es donde entró en juego David, gerente de Los Arcos y fan absoluto de las nuevas tecnologías y de la creatividad. “Fuimos de los primeros establecimientos de Cornellà con Wifi”, recuerda mientras muestra dos tablets disponibles para la lectura digital de los clientes y una elaborada carta de cócteles.
Por ahora, Cloud Waiter sólo existe en el bar de tapas Los Arcos, pero el objetivo de J2A2 Solutions es llevar su criatura a todas partes. Con el apoyo de alguna marca que les acompañe en esta travesía, los jóvenes emprendedores de Cornellà pretenden que Cloud Waiter se convierta en la aplicación universal para pedir bebidas y comida desde el teléfono móvil en todos los bares y restaurantes del mundo.
Las tapas 2.0, hechas realidad. En Los Arcos aseguran que el sistema ha hecho aumentar la caja: “Tener un camarero en la nube, siempre a tu disposición, consigue un impacto directo tanto en la satisfacción de los clientes como en el aumento de la facturación del establecimiento”.
Redacció | Foto: Héctor Marín
